El primer misterio de Da Vinci
Un experto en Leonardo desvela su primera obra pictórica, fechada en 1471
La pieza-de gran realismo-ocupa un azulejo en terracota esmaltada de 20x20
centímetros y 1,2 de espesor. Hoy está a buen recaudo en la caja fuerte de un banco.
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La firma que probaría la autenticidad de la obra. Los expertos han encontrado dos escritos a través delos rayos infrarrojos que creen que hacen incontestable que el Arcángel Gabriel pertenece a Leonardo da Vinci. El primero, unas letras que podrían asemejarse a "Da Vinci Lionardo" de 2, 6 cm. por encima de la fecha. El primer número uno es más pequeño que los demás, como sucedía en otras obras de Leonardo de esa época. En ese primer texto aparece además un ideograma con las cifras 72 y 52. Según los expertos esto significa que Leonardo (nacido en 1452) se representaría como el Arcángel Gabriel (el 72 está asociado al mensajero divino) en 1471. En la esquina lateral derecha de la placa de terracota, además existen serigrafiadas las letras LDV ib, las primeras tres letras trazadas de izquierda a derecha, mientras que las minúsculas de derecha a derecha. Se considera que es una señal inequívoca que quiere decir "lionardo Da Vinci di Vinci".
"Dos guardias de seguridad la custodiaban atentamente ante la mirada de los periodistas. Era una urna de cristal, tapada con una tela marrón. "¡Voilà!", dijo el historiador del arte italiano Ernesto Solari al descubrir lo que había en su interior: un precioso pequeño azulejo que retrata al Arcángel Gabriel y que, según el experto, fue realizado por el genio renacestista Leonardo da Vinci.
El último misterio de Leonardo llega un año antes de que en mayo del año que viene se cumplan 500 años de su muerte. Y no es un misterio menor. Se trata de la considerada la primera obra pictórica de Leonardo, un Arcángel Gabriel fechado en abril de 1471 y que, incluso, podría llegar a ser su primer autorretrato.
"Tenemos pruebas tangibles que nos han regalado la ciencia, el estudio y el mismo Leonardo, con exámenes y demostraciones", explicó el profesor Solari en la presentación de la obra, en la asociación de corresponsales de Roma. "Hemos hecho todo lo humanamente posible para demostrar que es original. La ciencia nos dice que es auténtico. No espero objeciones, sino participación a esta jornada tan importante porque hoy completamos el mosaico de Leonardo", aseguró.
El debate sobre la autenticidad de la obra sólo es cuestión de horas, pero tanto Solari, que ya ha identificado otras piezas atribuidas a Leonardo en el pasado, como la grafóloga Ivana Rosa Bonfantino, están convencidos de que se trata de la primera genialidad de un joven Leonardo de entre 18 y 19 años, cuando apenas acababa de salir de la escuela de Verrocchio.
Se trata de un azulejo en terracota esmaltada (mayólica) que ha sido limpiado recientemente y que en sus pequeñas dimensiones (de 20x20 centímetros y con un 1,2 de espesor) ilustra al mensajero divino con alas de pavo real, una aureola dorada, y una expresión extremadamente realista. Con mucha probabilidad lo habría realizado en la tejería de su abuelo, en la localidad toscana de Baccherette, donde vivió desde los dos años y hasta que ingresó en la academia. "Era algo natural para él", cuenta Solari.
Las conclusiones de que se trata del primer Da Vinvi son resultado de tres años de investigación reflejados en un informe de 6.000 páginas. Según Solari, nadie lo puede poner en duda después de que dos laboratorios italianos diferentes que han realizado extracciones para comprobar los diferentes estratos de la terracota, además de haber llevado a cabo una técnica muy avanzada que consiste en una prueba de infrarrojos que descubre las letras y números ocultos a primera vista.
Aquí ha participado Bonfantino. "Todos los escritos presentes en el Arcángel Gabriel son atribuibles a un joven Leonardo", corroboró esta grafóloga de la universidad Lumsa de Roma. Además de la técnica, la proveniencia del azulejo (de Montelupo, una zona de Italia donde la arcilla era pobre en cuarzo desde la época de los etruscos) y las comprobaciones estéticas y estilísticas, la principal, la principal prueba de que esta pieza podría pertenecer a Leonardo es su firma, mimetizada en la parte interior de la mandíbula. Gracias a los rayos infrarrojos aseguran que han descubierto un escrito detrás de dos capas de esmalte -lo que imposibilita que haya sido falsificado posteriormente- de 2,6 cm que podría parecerse a "Da Vinci lionardo" escrito de izquierda a derecha, junto a la fecha, 1471.
En esa época, el Arcángel Gabriel era "una estrella", según el profesor Solari. "Se vivieron unos cuantos hechos extraordinarios ligados al mensajero divino", cuenta. Entre ellos, se dice que alrededor de 1471 a Beato Amadeo da Silva y Meneses (1420-1482), consejero del papa Sixto IV, se le apareció el Arcángel y le reveló secretos celestes e informaciones extraordinarias sobre el Apocalipsis de San juan, lo que le hizo muy popular entre los artistas.
El experto considera que sería razonable que Leonardo, un genio obsesionado con pasar a la eternidad, quisiera representarse como esta figura mediante la placa de terracota esmaltada, un material muy difícil de dañar. "con muchísima probabilidad es el primer autorretrato de Da Vinci", asegura el experto leonardista. Lo comparó con el primero conocido hasta el momento, uno de los personajes de la 'La Adoración de los Magos' de 1481.
La pregunta clave es qué ha sucedido con este azulejo en los siglos que ha permanecido escondido. Aunque hay algunos vacíos, se conoce que los propietarios de esta pieza con un valor "inestimable" son una rama de los descendientes de los Fenice di Ravello, una familia noble que por razones de seguridad no han querido desvelar su identidad. Se trata de gente que ya tiene varias valiosas obras de arte en su posesión, y que en una repartición de una herencia hace tres años se dieron cuenta de que el azulejo podría pertenecer a Da Vinci. Fue entonces cuando llamaron a Solari y Bonfantino.
La placa de terracota ha estado en esta antigua familia italiana desde 1499, cuando se la donó la duquesa de Amalfi, Juana de Aragón, junto a una parte de terreno como compensación a unos favores del pasado. La duquesa -asesinada en 1510 por orden de su hermano, el cardenal Luis de Aragón, por su aventura con un mayordomo- representa en sí misma otro de los misterios de Leonardo. Se dice que era tan bella que el artista querría haberle hecho un retrato, que no ha salido a la luz. Así que algunas voces consideran que ella podría ser la mujer representada en La Gioconda.
No sabemos qué fue del azulejo en los veinte años desde que fue fechado hasta que la duquesa lo donó en 1499, pero Solari piensa que el mismo Leonardo podría haberlo cargado junto a él y haberlo regalado a Juana de Aragón, nieta de Fernando I de Nápoles, por el nacimiento de su hijo Alfonso II Piccolomini. "El hecho de que la firmase prueba que estaba satisfecho con la obra", señala Bonfantino.
Mientras una copia del azulejo se expondrá a partir de mañana, el original quedará en una caja fuerte de un banco italiano a la espera de un comprador. La intención de Solari es que sea vendido al Estado italiano y expuesto en una de las grandes salas de este país antes de que se marche otra obra de leonardo al extranjero. "Hemos perdido La Gioconda, no podemos perder también esto", avisó".
Tomado de La Vanguardia (22-6-2018), páginas 34 y 35.