LEYES FUNDAMENTALES DE LA GRAFOLOGIA
1. Todo signo grafológico es manifestación, a la vez, de propiedades intelectivas, temperamentales y somáticas, cuya influencia es recíproca e irreversible.
2. Todo signo grafológico tienen significado específico y, por sí mismo, no puede nunca indicar tendencia dispar o contraria.
3. Todo signo grafológico, en las combinaciones con los demás signos, puede ser debilitado, acentuado, absorbido o neutralizado; pudiendo asumir varios significados y, por sencillo, resultar complejo.
4. Todo signo grafológico, al menos en potencia, contiene todos los signos grafológicos verificables en el contexto o que puedan surgir de la personalidad del escribiente. Por ejemplo, la biogenética sabe que el ADN de una persona está contenido en una sola célula, y la física cuántica afirma que toda la información del Universo está también impresa en un solo átomo.
5. El valor de cada signo grafológico, expresado en décimas, debe ser considerado en su justo grado, pero, sobre todo, es necesario saber si está por debajo de la media, en la media o por encima de la media. La precisión requiere el cómputo matemático, pero la aplicación exige la maleabilidad de la psicología.(1)
6. El valor de los signos grafológicos es idéntico para el hombre y la mujer, sin embargo, hay que tener en cuenta que en la mujer se manifiesta más a través del sentimiento y en el hombre a través de la cognición.
7. La personalidad del que escribe se deduce de la síntesis de todos los signos grafológicos, considerados en su valor psicológico matemático, valorando objetivamente los signos favorecedores, contrarios e indiferentes.
8. Todo signo grafológico manifiesta una ley constante y puede ser: sustancial, modificante o accidental.
Los sustanciales constituyen fundamentalmente la escritura psico-somática del escribiente; los modificantes
condicionan los sustanciales, amortiguando su existencia orgullosa y frecuentemente extraña; los accidentales hacen más desenvueltos, más quietos, más aceptables tanto los signos modificantes como los sustanciales. La fuerza condicionante de cada uno de los signos influencia a los demás, y la colaboración recíproca establece una relación de equilibrio, cuyo grado depende de la suma de todos y cada uno de los valores y de las relaciones de favor o contrariedad.
9. El signo grafológico en grado más elevado, que afecta principal y directamente a la voluntad, domina y dirige a los demás signos, tanto de la voluntad como del intelecto, y otorga la impronta característica a la personalidad. Con el mismo grado, la impronta la otorgan los sustanciales; pero si los sustanciales están en grado inferior a cualquier signo modificante, es éste el que otorga la impronta característica; si es un accidental el signo que está en grado superior a sustanciales y modificantes, es aquél el que otorga la impronta a la personalidad.(2)
10. La grafología revela las propiedades psíquicas, las componentes intelectivas, las tendencias temperamentales, las características somáticas morfológicas y fugitivas innatas y actuales, pero no las determinaciones volitivas que son fruto de la libertad humana.
11. La escritura grafológicamente examinable es sólamente la espontánea, efectuada con naturalidad, privada de cualquier violencia externa o alteración voluntaria.
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1. Las continuas oscilaciones de grado, que se revelan entre las mismas letras de un escrito, denotan la maleabilidad del proceso psíquico que, por el estado de ánimo del momento o por el influjo del ambiente, condicionan la dinámica actividad del intelecto y del sentimiento de la persona que escribe. Lasmás o menos perceptibles modificaciones del comportamiento producidas cada día de nuestra experiencia, se reflejan también, inevitablemente, en el gesto gráfico que es la auténtica proyección de la personalidad.
2. De esta ley resulta que si el signo dominante de la voluntad es sustancial, tendremos una personalidad muy incisiva, porque está estructurada por una energía vital profunda; si el signo que domina es un modificante, tendremos una personalidad más compleja y moderada porque procede de una fuerza indirecta, casi refleja; si el signo dominante es un accidental, la personalidad carece de características esenciales, porque es pobre en vigor primario y expresa sólo el ropaje, la exterioridad, la inconsistencia.
Texto extraído de L. Torbidoni y L. Zanin, GRAFOLOGIA, Texto teórico práctico, Ediciones Tantin, Santander 1991, página 388.
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